El domingo, 19 de marzo, san José, celebramos el día del seminario. Es una buena ocasión para pedir y dar gracias por los seminaristas, sus formadores y las vocaciones sacerdotales.
La historia de la Iglesia está llena de testimonios de hombres y mujeres que, tomándose en serio la llamada del Señor, han abandonado la comodidad de una vida quizá más segura y se han lanzado por los caminos del mundo dejándose guiar por el Señor.
Dios sigue llamando. Nuestros seminarios están llenos de historias de vida donde es fácil reconocer la huella de Dios. Su voz resuena: «Levántate y ponte en camino».
La colecta de ese domingo será, lógicamente, extraordinaria y a beneficio del seminario.