Esta excursión, como todas las que hemos realizado, ha merecido la pena.
Lo primero que hicimos al llegar a Sepúlveda fue visitar la Casa del Parque, una exposición de lo que podíamos ver en las hoces del río Duratón y alrededores. Esta casa del parque se encuentra dentro de lo que hace tiempo fue la iglesia de Santiago.
Aproximadamente a media mañana celebramos una Eucaristía en la iglesia del Salvador, en el mismo pueblo de Sepúlveda, con alguna prisa porque a continuación tenían que celebrar unas comuniones.
Llegó la hora de la comida y nos fuimos a un estupendo sitio en donde había unas mesas y también muuucho suelo para compartir todo lo que habíamos preparado y darnos el atracón. Muy cerquita había una parte del río de agua muy cristalina que invitaba a meter los pies.. Comenzaron los niños, pero luego fueron sumándose más gente… ¡¡estuvo muy divertido!! y nos pudimos refrescar del calor sofocante.
Para terminar, cogimos de nuevo el bus, que nos dejó a 1 km aproximadamente de las Hoces. Este camino lo tuvimos que realizar andando para llegar a la ermita de San Frutos, donde nos esperaban sus estupendas vistas y esos buitres que se encontraban a sus anchas intentando encontrar algo de comer.
Fotos, más fotos… y mucho calor. Descansamos un poco a la sombra para coger fuerzas y recorrer el camino hacia el autobús, sedientos, cansados, pero muy contentos de haber vivido lo vivido y con ganas de más.
Todas las fotos, disponibles aquí.